Los dientes son órganos que permiten la realización de la primera fase de la digestión de los alimentos: la masticación. Esta acción permite la degradación del alimento en partículas más pequeñas para continuar su posterior proceso de digestión a nivel del estómago.
Una adecuada masticación permite un mejor aprovechamiento de todos los nutrientes que aportan los alimentos: glúcidos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Existe una gran diversidad de alimentaciones: para diabéticos, dieta sin gluten, baja en calorías pero todas requieren una excelente etapa de masticación.
Si este primer paso es deficitario como puede ocurrir en niños o en personas de la tercera edad, el resto del tubo digestivo, especialmente el estómago deberá realizar más contracciones musculares para disminuir el tamaño de los alimentos ingeridos.
La cavidad bucal debe estar en perfecto estado para cumplir su función de masticación. Pueden existir lesiones bucales en celíacos que pueden interferir perjudicando esta acción. Debido a la importancia de la masticación es necesario reemplazar los dientes no solo para mejorar la apariencia, sino también para mejorar el proceso de la digestión. Una de las alternativas para lograrlo es mediante los implantes dentales.
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